miércoles, 17 de octubre de 2012

Yo escucho el silencio

Se escucha tan solo el silencio en mi calle. Los edificios parecen estar adormecidos, gimiendo de sueño y de frío. Se asoman altas antenas desde los tejados de las casas que se pierden en el cielo silencioso y manchado de nubes. El aire está tan fresco que parece ya olerse el aroma dorado de otoño. En las calles abunda la soledad, todo parece estar inerte y falto de vida. Las señales de tráfco crean un contraste con la luz sepia que se dispersa desde las viejas farolas empapadas en polvo y bañadas en años y años que han pasado sobre ellas.

martes, 8 de mayo de 2012

Comiendo techo

Me he dejado el grifo de la nostálgia abierto y ahora tengo una habitación llena de nostáligia y fantasmas del pasado.

jueves, 23 de febrero de 2012

Cada sílaba es un beso por tu ombligo y todo eso


Deja que te hable, mi boca será tu guía, deja que te susurre esas cosas que tanto ansías oír y mientras tanto puedes darte un baño en la piscina donde suelo alojar las dudas y los sentimientos no correspondientes.
¿O prefieres meterte debajo de mi manta allí donde escondí todos mis sueños y apoyar tu cabeza sobre mi almohada que guarda todos y cada uno de mis excesos? Pero te aseguro que disfrutarás igual en todos los sitios ya que me he encargados de dejar en todos una pizquita de mis delirios cuando los días son grises, se me hacen eternos y no tengo ganas ni de existir y también de los momentos buenos que no sé por que pero siempre son los que primero se me olvidan y son los que primero se evaporan y no nos queda más que respirarlos con el aire.

miércoles, 22 de febrero de 2012

El primer beso es mágico, el segundo íntimo, el tercero rutina


Y sentí como de repente en la garganta se me enlazaba un nudo con todas las palabras que me quedaban por decír. No podía concentrarme en otra cosa que no fuera su piel empapada con el típico olor a él, a Sábado noche, y en sus brazos que agarraba mi cuerpo mientras me tranquilizaba deslizando sus palabras por mi cuello.
Se quedó mi cama goteando felicidad, mientras que las paredes absorbían nuestras sonrisas.
Ahora el espejo de la pared no hace más que reflejar una monotonía absurda en la que reina lo que una vez vivimos. Una monotonía bañada por los rayos de sol que se cuelan en mi habitación al igual que lo hacían antes iluminando esa cara y aclarando unos ojos verdes dándoles un cierto tono amarillento por los cuales me tiraba los segundos navegando, mientras la yema de esos dedos se desplazaba lentamente por mi cintura como si tratara de tocar un instrumento sensible al tacto. Pues se creaban melodías en donde las notas éran ese parpadear misterioso y el compás éra mi piel erizada con cada vez que sentía el sabor de sus labios expandido por todo mi cuerpo.

La comedia de mi vida

Apareció de repente en los capítulos de mi vida sin cita previa, y yo, como buena persona despistada o puede que aburrida hice la vista gorda.
Supo hacer su entrada en la comedia de mi vida como nadie lo había hecho nunca antes. Se dedicaba a recitar su papel principal delante de mis labios con finas palabras que rebotaban en mis oídos y con imágenes que clavaba una a una en mi retina.  Y actuó, de manera impecable, sin ningún fallo, convirtiéndose en el protagonista de mis párrafos, hasta que la fama le pudo, al igual que a las personas que de repente se hacen famosas, se agobian y se suicidan, pues en este caso igual, pero aquí nadie se ha muerto, salvo esas cosas que recitaba y recitaba. 
Ahora que vuelvo a leer mi vida al igual que mi libro favorito, encuentro varios fallos y encuentro las respuestas, encuentro en lo que yo creía persona, un actor falso y mentiroso que escondía la verdad tras ese papeleo en el que tenía apuntado cosas que se dedicaba a leer en medio de mi escenario, y ahora caigo, pero no me arrepiento, ya que he creado una obra magnifica, pero hay una pregunta que me hago, y por más vueltas que le dé más difícil de contestar me es:
¿En qué momento de mí vida yo te ofrecí un contrato para actuar en en mi obra?

Paranoía

Cada vez que me dejo consumir por esos porros con los amigos todos los recuerdos que una vez encerré en un cajón me son devueltos a la cabeza en forma de humo. Me hacen sentir muchas sensaciones, me hacen revivir esos momentos de tal manera que me pierdo en una realidad ficticia que mis áreas neocorticales crean para poder divertirse a mi costa sabiendo que no me gusta.
También hay una realidad, la realidad que vivo, que a veces modífico sin querer, mintiendome a mi misma...Mentiras que me sirven para bien o para mal, pero nopuedo parar de crearlas, igual poruqe tengo dostinos ojos, igual soy yo la que ve el mundo con otros colores y luego creo en lo que mis ojos perciben.
Pero. ¿qué más da lo que vea o crea, cuando la realidad que todos vivimos es igual de falsa que mis mentiras?